"Te dejé un beso al marcharme, en el aire, en la figura de la soledad, en la atmósfera de tu presencia. Te dejé la esencia de mi corazón para cuando despertaras a la siguiente mañana, te dejé una caricia en un rincón de tu casa, para que cuando te sintieras sola te acordaras de mi. Te dejé mil cosas en cada encuentro casual, te dejé el abrazo que jamás aceptarías, te deje el amor en las tímidas miradas, y en el sonido de mi voz..." Ramiro Retamoza